Reconocer defectos en los cascos

Desde que los seres humanos utilizan a los caballos se mantiene en vigor la frase clásica “sin casco no hay caballo”. Como los fundamentos para una casa, son los cascos para el caballo y sólo si un caballo los mantiene sanos y fuertes, es apto para la equitación durante largo tiempo.


Seguidamente puede ver usted algunos síntomas que muestran que el casco necesita de ayuda experta. Estos síntomas pueden ser muy visibles y evidentes como las grietas, los cascos quebradizos o los talones remetidos/hundidos. Pero también hay indicios menos evidentes para un lego como una banda coronaria irregular o unas líneas de demarcación o  que están mostrando problemas incipientes.

 

Cascos quebradizos

Un casco quebradizo o con la muralla rota puede ser consecuencia de una mala calidad del material corneo. Pero muchas veces surgen debido a un desequilibrio en el casco. Las palancas y las fuerzas de presión que ejercen sobre el casco, provocan que se astille y se rompan partes de la muralla de éste. En el apartado “Ejemplos de correcciones” podrá ver como mi trabajo ha conseguido mejorar de manera evidente el estado de este casco.

 

Cascos con paredes asimétricas

Las paredes torcidas son un claro signo de que el casco no carga el peso de manera uniforme. Esta carga irregular acaba por afectar al tejuelo o a las articulaciones superiores lo que puede provocar una artrosis prematura.

 

 

Talones huidizos/remetidos/bajos

En la vista lateral puede usted reconocer si el casco tiene los talones hundidos, ya que los cantos de los talones ya no están paralelos a la pared dorsal. Otros síntomas que pueden desarrollarse a causa de esto son grietas, pulpejos contraídos, podredumbre de la ranilla y cojeras.

 

Las flechas rojas muestran el paralelismo perdido de los talones y de la pared dorsal. Las flechas amarillas muestran las grietas que se han generado como consecuencia empeorando el estado del casco.

 

Cascos con pulpejos contraídos

Las flechas rojas muestran como los pulpejos acaban por contraerse. Las flechas amarillas muestran la podredumbre de la ranilla que es el doloroso síntoma que se genera como consecuencia.

 

Cascos con grietas

Las flechas roja marcan las grietas de la cápsula córnea.

La causa para las grietas o hendiduras es la asimetría en la cápsula córnea: la palanca y el efecto de la presión hacen que el material se ablande produciendo finalmente una fatiga que genera la rotura. Los métodos clásicos de trabajo con el casco (como fresar o practicar incisiones en las grietas) no solucionan el problema, sino que puede acabar provocando un empeoramiento del estado del casco.

 

Cascos con abcesos

A menudo son los cascos enfermos y deformados la verdadera causa para la formación de abcesos en éste. Los cascos enfermos tienen a menudo murallas con palancas, lumbres acampanadas o arcos de la suela casi planos. Debido a la palanca, el material córneo se desgarra y se fatiga, lo que facilita la entrada de bacterias que son las causantes de la aparición de abcesos. También unas barras del casco no cuidadas son el perfecto caldo de cultivo para la actuación de otras bacterias que provocan el hormiguillo que acaba produciendo los abcesos en el casco.

 

Cascos con pliegues y surcos

Junto a los cambios en el metabolismo, son tanto las asimetrías como las palancas y las fuerzas que estas generan, las causas principales de la formación de pliegues y surcos en los cascos. Las murallas córneas con pliegues son por regla general menos resistentes y por lo tanto, más propensas a romperse.


 

Un pie deformado no es sólo un problema estético y superficial, sino que es la constatación exterior de un problema de las estructuras internas del mismo (el tejuelo, el hueso navicular, los cartílagos, los ligamentos y tendones) igual que de las partes que están encima del casco que forman la pierna. Las tristes consecuencias de una falta de actuación son cojeras y el desgaste prematuro de las articulaciones que acaban generando enfermedades como la artrosis. Igual que cuando los fundamentos fallan, la casa acaba por derrumbarse, esto le pasa al caballo cuando sus cascos están enfermos.