El fotomontaje muestra en la parte arriba las manos de vista dorsal de un caballo herrado. Las fotos debajo lo tomé después de estar cuatro meses descalzos y aplicando en un ritmo de 4 semanas despalmes correctivos.
¿Qué vemos en la foto de arriba?
Vemos que la punta (flechas amarillas) está bastante más largo que la herradura y que las murallas mediales de las cuartas partes (flechas rojas) del casco están rotos y quebradizos. Debido a que las puntas/lumbres de los cascos no tenían contacto con el suelo no podían soportar adecuadamente el peso en esta zona. A consecuencia los otros partes de los cascos (los talones y las cuartas partes) sufrieron una sobrecarga. Las cuartas partes empezaron a abrirse y romperse.
La foto debajo (ahora cuatro meses descalzo) muestra que las puntas tienen mejor contacto con el suelo, por eso pueden soportar el peso. Las cuartas partes se alivian de la sobrecarga y a consecuencia no se abren tanto como antes con las herraduras. Como resultado hemos conseguido un casco mejor equilibrado con paredes más sanas y fuertes. Con los recortes correctivos tienen la oportunidad de seguir mejorándose.
La segunda foto muestra la vista palmar de la mano izquierda del mismo caballo. Se ve el casco con la herradura, desherrado y cuatros semanas después del desherraje. En la sección anterior he explicado que la zona de los talones recibió mucho presión a causa del desequilibrio del casco. Esta presión se ve en los pulpejos que están contraídos y que tienen la forma de un “V” (flechas rojas). Gracias al quitar las herraduras y corregir el casco las estructuras internas se podían relajarse y volvieron a recolocarse (flechas amarillas).
Los cascos de este caballo estaban enfermos y fuera de su equilibrio. Para conseguir mejoras en estos casos es muy importante recortar y corregir la forma del estuche córneo regularmente en cortos plazos.
Entonces si queréis mejoras en vuestros cascos es mejor siempre aplicar un recorte correctivo antes de el casco parece feo y deformado.
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